Hipertiroidismo: qué es y cómo se diagnostica | Unilabs

Hipertiroidismo: qué es, cómo se diagnostica y cómo se trata

Los síntomas del hipertiroidismo se pueden confundir con ansiedad o fatiga. Aprende a identificarlos escuchando a tu cuerpo para obtener un mejor diagnóstico. Clic para tuitear

El hipertiroidismo es una condición que resulta de la hiperactividad de la glándula tiroidea, en la que se produce una cantidad excesiva de hormonas tiroideas.
La tiroides, una glándula con forma de mariposa, está situada frente a la tráquea. Las hormonas que produce pueden afectar a la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal.
El aumento de los niveles de hormonas tiroideas en el cuerpo puede provocar problemas molestos e, incluso, graves que pueden requerir tratamiento.
Si bien cualquier persona puede tener una tiroides hiperactiva y aunque suele afectar a personas de entre 20 y 40 años, es unas 10 veces más común en mujeres que en hombres.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS MÁS HABITUALES DEL HIPERTIROIDISMO?

La tiroides desempeña un papel fundamental en nuestro organismo, ya que produce dos de las hormonas más importantes: la T3 (triyodotironina) y la T4 (tiroxina). Estas hormonas trabajan al mismo nivel que casi todas las demás células de nuestro sistema, y son responsables de garantizar el funcionamiento normal del cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos.
La tiroides es responsable de regular muchas funciones biológicas, así que cuando hay alguna anomalía, los síntomas son amplios e intensos. Estos son algunos de los síntomas más comunes del hipertiroidismo:

  • Ansiedad
  • Irritabilidad
  • Disminución de la concentración
  • Insomnio
  • Temblor
  • Palpitaciones
  • Sudoración
  • Intolerancia al calor
  • Mirada fija o globos oculares sobresalientes
  • Fotofobia
  • Disnea de esfuerzo
  • Diarrea
  • Infertilidad
  • Cambios menstruales
  • Cansancio (especialmente debilidad muscular: brazos, muslos, dificultad para levantar objetos o subir escaleras)
  • Pérdida de peso (normalmente, muy acentuada, con un aumento del apetito)

4 CAUSAS DEL HIPERTIROIDISMO QUE DEBES CONOCER

Enfermedad de Graves

La causa más común del hipertiroidismo es un trastorno autoinmune que afecta al 70-80 % de los pacientes, también conocido como bocio nodular tóxico o enfermedad de Graves.
Aún se desconoce por qué el sistema inmunitario activa la producción de anticuerpos que sobreestimulan la tiroides, haciendo que libere una mayor cantidad de hormonas tiroideas en el torrente sanguíneo.
La enfermedad de Graves puede afectar a ambos sexos, pero es más frecuente en mujeres de entre 20 y 40 años.

Nódulos tiroideos

La existencia de uno o varios nódulos en la tiroides que luego se vuelven hiperactivos (autónomos) es la segunda causa más importante de hipertiroidismo.
Estos nódulos, que producen un exceso de hormonas tiroideas, también se conocen como «nódulos calientes». Si solo hay uno, suele ser un nódulo tóxico. En cambio, si hay muchos nódulos, estamos ante un caso de bocio multinodular tóxico.
Será necesario evaluar el riesgo de cáncer, sin embargo, casi todos los nódulos tiroideos son benignos, no requieren tratamiento quirúrgico, y se pueden controlar con supervisión médica.
En los casos de cáncer de tiroides, la tasa de supervivencia es elevada, pero depende esencialmente de un diagnóstico precoz.

Tiroiditis linfocítica

También conocida como tiroiditis de Hashimoto, es una enfermedad autoinmune y la más frecuente asociada a la tiroides. En estos casos, se produce una reacción autoinmune que da lugar a un ataque de anticuerpos a la glándula tiroidea.
La glándula se agrandará sin dolor, pero puede presentar una textura endurecida irregular. La tiroiditis subaguda o granulomatosa tiene un origen viral y puede causar un bocio doloroso.
El resultado de esta inflamación es un exceso de producción de hormonas tiroideas, que da lugar a un caso de hipertiroidismo, que suele ir seguido de un hipotiroidismo transitorio.

Ingestión de un exceso de hormona tiroidea

Aunque es menos frecuente, puede darse un caso de hipertiroidismo desencadenado por un tratamiento incorrecto o por voluntad propia. Por lo tanto, es importante que prestes atención a tus síntomas a diario. Si notas alguna irregularidad, ponte en contacto con tu centro médico o especialista en endocrinología, lo antes posible.

SEÑALES DE UN PACIENTE CON HIPERTIROIDISMO

En los pacientes con hipertiroidismo, generalmente se observan las siguientes señales:

    • La glándula tiroidea parece agrandarse notablemente (bocio).
    • Pueden producirse cambios en la visión, a menudo conocidos como oftalmopatía, que suele ser perceptible por la protrusión de las órbitas (puede ser unilateral), con cambios de los rasgos estéticos, que pueden resultar molestos.
    • También pueden producirse ojos llorosos, irritación local, conjuntivitis y cambios en la visión.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA EL HIPERTIROIDISMO?

Ante una manifestación clínica de sospecha de hipertiroidismo, el diagnóstico puede respaldarse mediante análisis de sangre.

Es necesario determinar en qué punto se encuentran los niveles de la hormona tiroidea (T3 libre y T4 libre) en el torrente sanguíneo que, en estos casos, normalmente serán elevados, y comprobar si la TSH está baja. Estas pueden ser las únicas alteraciones analíticas en un estadio de hipertiroidismo primario.

Puede que sea necesario realizar otros exámenes, como pruebas de laboratorio más específicas o exploraciones más técnicas con imágenes, como la ecografía o un TAC de la tiroides.

Al evaluar la condición de hipertiroidismo, no hay más indicación sobre si realizar la ecografía de la tiroides, ya que estas exploraciones están normalmente indicadas para los casos de nódulos tiroideos palpables.

TRATAMIENTO DEL HIPERTIROIDISMO

La mejor opción de tratamiento debe discutirse primero en una consulta de endocrinología, ya que se deben tener en cuenta elementos como el tipo de hipertiroidismo, su gravedad, la edad del paciente, sus antecedentes y sus afecciones alérgicas. Estos son algunos de los tratamientos para el hipertiroidismo:

Fármacos antitiroideos

Los fármacos antitiroideos, como el metimazol y el propiltiouracilo, disminuyen la cantidad de producción de hormonas tiroideas en el torrente sanguíneo. Rara vez tienen efectos secundarios, pero deben tomarse con precaución y bajo supervisión especializada. Las dosis que se deben tomar son variables y dependen de cada caso clínico.

Betabloqueadores

Una vez se recibe el diagnóstico, los betabloqueadores son fármacos útiles ya que, aunque no reducen la producción de las hormonas tiroideas, mejoran algunos de los síntomas del hipertiroidismo. Se deben suspender cuando la enfermedad esté controlada.

Yodo radiactivo

El yodo radiactivo causa daños en las células tiroideas, lo que provoca una disminución de la capacidad de producir hormonas tiroideas. Esto conduce a una normalización de la cantidad de hormonas tiroideas en el torrente sanguíneo.

Está pensado para tomarse por vía oral, entrar en el flujo sanguíneo y luego ser captado por la tiroides que, en ese momento, estaría hiperactiva. En las semanas siguientes, el yodo radiactivo dañará lentamente las células de la tiroides. Quizás sea necesario continuar con la medicación y someterse a un control a largo plazo.
En algunos casos, puede ser necesario repetir este tratamiento más adelante. Se puede controlar a los pacientes en períodos de 1 a 3 meses para hacer un seguimiento, dependiendo de la gravedad. El control adecuado de este trastorno se observa entre la semana 6 y la 12 de tratamiento.

Si alguno de los síntomas antes mencionados se vuelve frecuente en tu día a día, te instamos a que te detengas un minuto y reflexiones sobre lo que has estado sintiendo, en qué momentos del día ocurre y con qué frecuencia. Cuida de tu salud y pide cita para una revisión en tu centro de atención primaria para una evaluación.

En conclusión, ten en cuenta que el hipertiroidismo, especialmente la enfermedad de Graves, puede ser hereditario, por lo que los miembros de tu familia también se pueden realizar algunas de las pruebas de detección, que permiten revelar el origen de estos problemas de tiroides, según la American Thyroid Asociación.

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