Estrategias para mantenerte sano como cuidador - Unilabs CAREBIG

Estrategias sencillas para mantener tu bienestar como cuidador

Cuidar de alguien que está en situación de dependencia no es una tarea fácil. Por eso es fundamental conocer algunos consejos sobre autocuidados. ¡Empecemos! Clic para tuitear

Cada día, millones de personas de todo el mundo cuidan de familiares de edad avanzada, de niñas y niños con necesidades especiales o de personas con ciertas afecciones como el Alzheimer, el Parkinson, problemas de movilidad, etc. Se trata de una responsabilidad que puede pasar factura a la salud mental y física de la persona que realiza los cuidados, aunque se haga con amor.

Cuando se trata de cuidar a los miembros de la familia, pocas personas se auto identifican como cuidadoras cuando, en realidad, es un papel muy específico que requiere mucho trabajo, tiempo, esfuerzo y paciencia. Si el cuidado de un ser querido tiene prioridad sobre las propias necesidades y el cuidado personal, puede convertirse en una tarea muy exigente e imposible de disfrutar o incluso de llevar a cabo a largo plazo.

Por eso, si eres responsable de cuidar a alguien de tu entorno más cercano, te ofrecemos algunos consejos para tener siempre presente tu propia salud y no agotarte emocionalmente.

Acepta tus emociones

Si una persona necesita tu ayuda, a veces puede parecer egoísta si piensas en decir «no» a algo, enfadarte si el comportamiento de esa persona te dificulta cuidarla o sentir estrés por todo lo que tienes que hacer, frustración por el tiempo que dedicas a los cuidados en lugar de a tu propia vida, ansiedad por el futuro o soledad si te has alejado de tus círculos sociales.

Es importante que aceptes todas las emociones y sentimientos que surjan y no te sientas culpable. Cuanto más te escuches, más cerca estarás de encontrar la manera de sentirte mejor. Puedes intentar hablar con alguien de confianza que te escuche y con quien puedas desahogarte.

La relación con la persona que cuidas es un vínculo como cualquier otro. A veces, puede haber desacuerdos, situaciones que necesitan ser discutidas o se tienen que hacer esfuerzos para encontrar el mejor equilibrio emocional.

bienestar

Reparte la responsabilidad

Las personas encargadas de los cuidados suelen pensar cosas como «si no lo hago yo, no lo hará nadie», «en nuestra familia nos cuidamos unos a otros», «se lo debo», «me necesita», «soy responsable» o «no hay otra». Cuando tu cerebro está acostumbrado a prestar atención a algo las 24 horas del día, es difícil encontrar un momento para hacer una pausa, analizar la situación y ver qué opciones hay.

Es posible que no encuentres una solución de repente, pero quizás haya más familiares, vecinos, asociaciones o servicios en los que puedas encontrar apoyo. Es posible que pienses que nadie cuidará de esa persona tan bien como tú, pero eso no tiene por qué ser algo malo.

Puedes pedirle a alguien que te ayude a investigar qué opciones podrían ser viables. Quizás solo necesitas que te releven en pequeñas tareas como acompañar en un paseo diario, acudir a una cita médica o ayudar cuando estés en el trabajo o por la noche. También puedes considerar la opción de contratar asistencia a domicilio.

Identifica en qué te pueden ayudar, aunque sea en cosas pequeñas, haz una lista y confía en las personas que te rodean.

Tómate tiempo para ti

¿Sabías que tomarte pequeños descansos, reconectar contigo, retomar tus aficiones, reunirte con amigos o hacer ejercicio puede darte la energía necesaria para afrontar tu papel como persona cuidadora? Sigue leyendo para obtener más información.

Si el cansancio mental y físico está muy presente en tu día a día, puede parecerte imposible tener tiempo libre para ti, pero es una forma de crear un círculo beneficioso. Puedes buscar ayuda para organizarte mejor y encontrar estos momentos, o puedes pedir a alguien que te releve.

En Unilabs queremos que tu trabajo como persona que ofrece cuidados sea lo más fácil posible. Por eso intentamos que cualquier procedimiento sea sencillo y rápido. Puedes contar con nosotros porque, al fin y al cabo, cuanto mejor te cuides a ti, mejor podrás cuidar a los demás.

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