Grupos burbuja

El uso del término “grupos burbuja” se ha popularizado con la pandemia ocasionada por el COVID-19, haciendo que modelos presenciales de trabajo, estudio o asistencia se vieran modificados por esta nueva forma organizativa.

Los grupos burbuja se refieren a establecer diferentes grupos de personas con los que llevar una convivencia estable, es decir, con los que poder compartir asistencia, espacio y actividad. Esto significa que, por lo tanto, los miembros pertenecientes a un mismo grupo burbuja sí pueden relacionarse entre sí pero no pueden hacerlo con los que pertenecen a otros grupos burbuja. La finalidad principal de los grupos burbuja es la de evitar y disminuir el número de interacciones diferentes entre personas con el objetivo de disminuir los riesgos de trasmisión de un virus o enfermedad. Así, al reducir el número de personas con la que se puede tener contacto, se reducen las posibilidades de contagio y se facilita el control del virus.

salud-hombre

 

Con la presencia del COVID-19, los grupos burbuja fueron establecidos en lugares de trabajo y estudio con el fin de que las personas pudieran volver a sus rutinas diarias pero intentando reducir al máximo las posibilidades de contagio. Para ello fueron establecidos también turnos de entrada y salida o protocolos de asignación de puestos fijos.

En resumen, los miembros pertenecientes a un grupo burbuja solo pueden tener contacto entre sí, manteniendo una convivencia estable solo con las personas que lo componen. De esta manera, el aforo de espacios comunes estaba mucho más controlado y con ello la expansión del virus. 

Por ello, los grupos burbuja no fueron establecidos sólo en grandes empresas o puestos de trabajo, también fueron creados en centros escolares y universidades con el fin de crear un modelo híbrido (presencial-online) que garantizara los beneficios de una asistencia presencial en clase pero sin poner en peligro la salud de los asistentes. De hecho, en muchos centros escolares se han establecido grupos y aulas burbuja para minimizar la posible transmisión del virus y para poder minimizar su capacidad de contagio en caso de que así sucediera.