Congénito

congénito

El término congénito hace referencia a una característica, rasgo o identidad de nacimiento que, normalmente, se adquiere por el desarrollo intrauterino. A pesar de lo que comúnmente se cree, una afección congénita no tiene por qué haberse originado por una causa genética. Estos rasgos de nacimiento pueden ser consecuencia de factores genéticos pero también puede deberse a causas químicas, físicas o infecciosas. 

Por ello, un defecto congénito, es decir, un problema o afección que se desarrolla durante la formación del bebé, puede impactar en el funcionamiento del cuerpo, en su apariencia o en ambos. Dependiendo del tipo de defecto congénito y de la manera en la que afectan al desarrollo diario de la persona, los defectos congénitos pueden ser leves, medios o graves. 

genetica

 

En cuanto al momento en el que se desarrolla el defecto congénito, aunque puede suceder en otro momento, normalmente suele desarrollarse durante los primeros tres meses de embarazo. Algunos de los factores más comunes que pueden influir en la formación de defectos congénitos son:

  • Factores genéticos: sucede cuando uno o más genes sufren un cambio, alteración o mutación que impide su correcto funcionamiento. En otros casos, puede faltar un gen o parte de él. 
  • Factores cromosómicos: sucede cuando se produce la ausencia de un cromosoma o parte de un cromosoma. En otros casos, como sucede con el síndrome de Down, se produce un cromosoma adicional. 
  • Factores químicos o por medicamentos: la toma o el uso inadecuado de medicamentos o alcohol puede provocar defectos congénitos en el nacimiento.
  • Factores infecciosos: la presencia de virus infecciosos durante el embarazo puede causar daños graves durante el embarazo.
  • Factores nutricionales: la falta de nutrientes antes y durante el embarazo puede ser clave para el buen desarrollo del feto.